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jueves, 11 de septiembre de 2014

Emparrillado de las carnes sobre brasas .050

Se coloca la parrilla sobre las brasas bien prendidas y se aguarda para poner la carne a que se calienten los barrotes.

Nota.- Esto es muy importante, pues estando frías se pega de seguro la carne y luego, al darle la vuelta, se producen desgarraduras, por donde se escapa el jugo.

Las brasas han de estar bien prendidas; pero luego el calor ha de ir de­cayendo, lo cual es lógico, pues la carne, según va testándose, necesita de un fuego menos vivo.
El punto del asado o emparrillado se comprueba haciendo presión con el dedo en la carne: si resulta elástica es señal de que no está aún en su punto, estándolo cuando ofrece resistencia al tacto.
A la carne no se debe darle vueltas varias veces, sino una sola vez.
Cuando está asada por un lado, se asa el otro.
Estando bien prendidas las brasas se le dará la vuelta a los 4 o 5’, y para darle la vuelta se hará ayudándose con dos cucharas o tenedores de boj, nunca pinchándola con un tenedor, pues por el sitio pinchado se escapa el jugo y la carne desmerece.
Las carnes no deben sazonarse con sal y pimienta hasta el final del empa­rrillado.
La sal puesta en crudo provoca la salida del jugo; por tanto, seca la carne; en cuanto a la pimienta, al quemarse le comunica un sabor muy des­agradable; por tanto, se ha de sazonar una vez asada, pero antes de retirarla de la parrilla para que se impregne bien de la sazón.

Carnes - 05. - 050

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