Se toman las patas de pollo necesarias.
Se adoban con pimienta, sal, manteca de cerdo
y limón, dejándolas cuatro o cinco horas en este adobo para que se tramen
bien.
Pasado este tiempo se pone una sartén al
fuego, y así que está caliente se colocan en ella las patas del pollo, dándoles
vueltas a menudo para que se doren por igual.
Se depositan en una tartera cuando están
doradas, agregándoles un par de cacillos de buen caldo y dejándolas cocer a
fuego lento hasta que ablanden.
Se añade luego una copa de buen vino de Jerez
y el zumo de un limón, y se pone de nuevo la tartera al fuego, dejándola hervir
10’ antes de servir las patas.
Aves y caza - 03 .048
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