Para saltear o sofreír un
pollo empléese, a poder ser, una saltera, pues se regula mejor el calor.
El pollo, debidamente
trinchado, se pone en una saltera al fuego con la grasa que indique la receta,
y cuando está muy caliente se ponen los pedazos de pollo (éstos no han de
amontonarse, pues no se doran bien; han de freírse holgadamente, y si no caben
en el fondo de la saltera se fríen en dos tandas), se saltean a fuego vivo,
sacudiendo la saltera por el mango, y cuando se han dorado por un lado se les
da vuelta con la paleta.
Ya bien dorado todo se
retiran primero las pechugas y luego los muslos, pues como son más gruesos
necesitan más tiempo para cocerse.
Luego se termina la
cocción y se condimenta según lo indique la receta.
Aves y caza - 03 .050
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