Después de vaciadas y
quitados los cañones se flamean con llama de alcohol; se limpian con una
servilleta y se arman cortándoles las puntas de las alas, las patas y el
pescuezo, tirando hacia abajo la piel para que pueda llegar luego hasta la
espalda; se doblan las alas hacia atrás, sujetando el pellejo del pescuezo, sobre
el cual quedan colocadas.
Se sujeta con hilo bala,
que se introduce con una aguja especial.
Aves y caza - 03 .050
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