Se baten seis huevos enteros, a los
que se les ha incorporado cinco cuarterones de azúcar en polvo, una jícara de
manteca derretida (de cerdo), otra de aceite, una copita de ron, las raspaduras
de un limón, la harina necesaria para poder manejar la masa, sin que se peguen
las manos; entonces se cortan las rosquillas, se fríen en aceite bien caliente,
dando solo una vuelta, pues resultan mejor no estando demasiado tostadas.
Crecen mucho, así que pueden
cortarse pequeñas. Si se quiere, puede sustituirse la copa de ron por anís,
pero resultan más finas con el ron.
Pasteleria - 19. - 037
No hay comentarios:
Publicar un comentario