Para 6
personas
8 berenjenas, 1 kg. de tomates, 100 g. queso
parmesano, 80 g. queso gruyere, 1 cebolla, 1 zanahoria, 1 tallo de apio, 1
huevo, albahaca, sal y pimienta, mantequilla.
Pelar las
berenjenas, cortar en rodajas no demasiado finas. Rociar con sal y colocar en
un colador comprimiéndolas con un plato y dejarlas reposar una hora, a fin de
que pierdan el agua amarga.
Entretanto,
trocear los tomates, la cebolla, la zanahoria y el apio. Colocar en una
cazuela de barro y, sin añadirles agua, cocer a fuego lento durante unos
cuarenta minutos. Luego, pasar por el tamiz y poner de nuevo al fuego,
añadiéndole dos cdas de aceite, otras dos de mantequilla, unas hojitas de
albahaca, la sal, la pimienta, y dejar hervir muy lentamente, sin dejar de
moverlo hasta obtener una salsa cremosa.
Retirar las
berenjenas del colador; secar bien y freír en aceite hirviendo, sin que lleguen
a dorarse demasiado y escurrirlas lo mejor posible.
Tras untar
con mantequilla una cazuela, formar en ella una capa con la tercera parte de
las berenjenas. Recubrir con la mitad del gruyere cortado en láminas finas,
con la mitad del queso parmesano rallado más una cda de salsa de tomate. Formar
a continuación una segunda capa de berenjenas sobre las cuales se dispondrá el
resto del queso parmesano, el gruyere y la salsa. Cubrir todo con una tercera
capa de berenjenas y vertir encima el huevo batido, al que se habrán añadido
dos cdas de queso parmesano y cuatro o cinco cdas de salsa reservada para este fin.
Poner en el
horno a fuego moderado, hasta que la superficie haya adquirido un color
dorado. Se puede tomar templado o frío en verano.
Fuente italia
Frutas y verduras - 12. - 036
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