Se limpian dos kilos de grosellas y
un cuarto de kilo de cerezas que no estén muy maduras; poco a poco se va
machacando todo muy bien y pasándolo por un tamiz o paño muy claro y húmedo;
ese jugo se tiene reposando un día entero en sitio muy fresco, procurando que
esté en vasija de barro. Después se pone en una franela o tamiz para que se
vaya filtrando y cayendo a otra vasija; a medio kilo de este jugo se le agregan
tres cuartos de kilo de buen azúcar; se pone a fuego muy lento y cuando va a
empezar a hervir se vierte de la vasija de porcelana que se habrá puesto al
fuego a la de barro; se deja enfriar y se embotella; procurando guardar las
botellas derechas y herméticamente cerradas y en sitio muy fresco. Cuando se
quiere improvisar un refresco basta echar una cucharadita de este jarabe en una
copa de agua.
Vinos y licores - 26. - 037
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